La capacidad de imaginar es, sin duda, una de las mejores virtudes de los seres humanos.
La fantasía nacida de las mentes de unos cuantos privilegiados, donde suelen existir unas regulaciones más o menos similares a las que gobiernan nuestro “mundo real” y donde existen también tradiciones, sociedades tribales o hiper-evolucionadas, tecnología, normativas y códigos penales de que muchas veces se nombran, sólo de pasada, como una manera de darle verosimilitud a lo creado.
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Sin embargo, algunos artistas y diseñadores se han dado a la tarea de ampliar en detalle algunas características muchas veces triviales, que hacen parte de los mundos de fantasía de los que muchos quisiéramos hacer parte.
Una muestra de ello, son estos papeles moneda que hacen eco de universos como los de Star Wars, The lord of the rings, o Harry Potter.
Sin embargo, no todo son meras fantasías imaginarias. Muchas veces la realidad supera cruelmente a la ficción, y encuentra uno artificios engañosos que encubren grandes fiascos de la humanidad. También veremos un poco de eso.
David, un fan de Star Trek, presenta algunos de sus diseños:
El sitio ChiefaCoins.com presenta al legendario señor Spok (seguramente, la moneda favorita de Sheldon Cooper)
En Star Wars, una unidad estándar galáctica (conocida como crédito) se utiliza comúnmente como moneda de cambio en los avatares cotidianos del comercio interplanetario. Algunas de estas monedas provienen de la versión Star Wars del popular juego de mesa Monopoly.
Los diseños cuentan con imágenes, nombres, personajes e incluso alfabetos utilizados en el universo de Star Wars.
Se insinúa también que algunas de las monedas llevan impresas el idioma, el nombre y los símbolos del planeta donde fueron acuñadas.
Una de nuestras favoritas. El Sith Lord por antonomasia: Darth Vader.
Unas cuantas monedas más del universo de Star Wars.
Para los fans del joven mago de Hogwarts.
Y también para los seguidores del «Nigromante». Amo y señor de Mordor.
«Game of Thrones», una de las sagas más relevantes de nuestro tiempo
Cthulhu, el terror cósmico personificado, aunque tal vez sería mejor decir «mounstrificado».
Sin embargo, no todo es fantasía. Muchas veces la realidad supera cruelmente a la ficción, y se encuentra uno con artificios engañosos que encubren grandes fiascos de la humanidad. Algunas otras imágenes hacen parte de una historia menos traumática, como el siguiente ejemplo; uno de los primeros documentos bancarios chinos, del que se presume fue «impreso» alrededor del año 800 D.C.
Algunos ejemplos son curiosos. El Banco de Zambia se tomó muy en serio la celebración de los juegos olímpicos de Sydney (2000). Tanto que acuñó estas monedas para conmemorar el evento.
Por otro lado, se encuentra uno con ejemplos igual de curiosos que no reflejan, sin embargo, acontecimientos tan festivos ni mucho menos dignos de celebración.
Este es el caso de Zimbawe, otro país africano cuyos problemas económicos han llevado a su banco central a imprimir billetes cuyas cantidades, de no ser por su tétrico trasfondo, parecerían producto de la imaginación y la fantasía.
Mucho antes de pensar que la derrota del Reichstag era siquiera imaginable, Adolf Hitler supuso -contra todo pronóstico- la victoria de su ejército.
En 1942 (tres años antes del final de la guerra) se ordenó la acuñación de varios diseños que incluían el rostro perfilado del líder alemán. Un documento metálico para la historia.
Siguiendo la línea de los acontecimientos ocurridos durante la Segunda Guerra, queda para la posteridad este documento. Una nota bancaria diseñada por los Nazis y utilizada como pieza de utilería en Theresienstadt (uno de los múltiples campos de concentración localizados en varios lugares de Europa).
Estas notas bancarias eran utilizadas para mostrarle a la Cruz Roja (así como a otras instituciones) el carácter «inofensivo» de los campos de concentración.
Con esto, los Nazis buscaban mostrarle al mundo lo bien que trataban a sus prisioneros, y de qué manera eran permitidos los intercambios culturales y económicos al interior de sus campos de exterminio.
Más de 30.000 personas murieron en Theresienstadt y casi 90.000 más fueron enviadas desde allí a otros campos de exterminio en Europa oriental.
Lógicamente, estos papeles bancarios carecían de valor. Sólo se trataba de propaganda; sutiles «efectos especiales» para encubrir el horror.
El diseño de la moneda que incluía el perfil de Hitler nunca vio la luz pública, sin embargo, esta moneda con la cara de Stalin si que hizo parte de la economía checoslovaca, ocupada por la Unión Soviética en 1949.
Vale recordar, por ejemplo, que el régimen de Stalin ejecutó, encarceló y desplazó a varios millones de personas.
¡Nada qué envidiarle al «Führer»!
#creemosenelasombro
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