A nadie le importará, ni al pájaro ni al árbol, si desaparece por fin la humanidad.
Sara Teasdale – Vendrán las lluvias suaves
Ray Bradbury pasó toda una vida escribiendo historias de robots, viajes interestelares y apocalipsis nucleares, y en el proceso, de la mano de Isaac Asimov, convirtió un género hasta entonces considerado como de «mala reputación», en joyas de la literatura.
Influyó a legiones de escritores y directores de cine en ambos lados del Atlántico. Desde Stephen King a Francois Truffaut, quien -de hecho- realizó la adaptación cinematográfica de su novela más conocida: Fahrenheit 451.
Sin embargo, esta cinta no sería la única adaptación de la obra de Bradbury. Muchos de sus relatos se han visto transformados en películas, series, programas de radio e incluso uno que otro videojuego.
Durante los últimos días de la Guerra Fría, varios animadores soviéticos demostraron su aprecio por el autor mediante la adaptación de varios de sus cuentos.
Este pequeño cortometraje en lengua rusa es poco conocido en occidente, pero es una magnífica adaptación del relato «Vendrán las lluvias suaves». Un cuento conmovedor e inquietante, sin duda…
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La casa era un altar con diez mil acólitos, grandes, pequeños, serviciales, atentos, en coros. Pero los dioses habían desaparecido y los ritos continuaban insensatos e inútiles.
“Vendrán las lluvias suaves” – Ray Bradbury
La casa era un altar con diez mil acólitos, grandes, pequeños, serviciales, atentos, en coros. Pero los dioses habían desaparecido y los ritos continuaban insensatos e inútiles.
“Vendrán las lluvias suaves” – Ray Bradbury
Varios detalles presentan cambios en relación con el original. Allí donde Bradbury dispone regimientos de «ratones robots» y otros agentes mecánicos, en el corto animado la casa no posee más que un sirviente, o mejor dicho, la «cabeza» robot de un sirviente.
En el relato, los acontecimientos narrados suceden en agosto de 2026, mientras que en la versión animada la historia transcurre entre el 31 de diciembre de 2026 y la celebración de Año Nuevo (1 de Enero de 2027).
Allí donde la historia original nos presenta una casa que «muere» lentamente, víctima distante de la guerra, el corto nos presenta un lugar que se somete, por su propia fuerza, a la destrucción.
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En el corto, debido probablemente a la apariencia casi siniestra del robot-sirviente, los hechos se muestran de una manera mucho más fría, mucho más distante frente a la historia de Bradbury.
La representación de los «habitantes» es más gráfica y menos misteriosa que en el cuento, donde el primer vistazo que se tiene de la gente no es más que una sombra… Y aunque las sombras, sin duda, nos presentan un efecto mucho más conmovedor, vale recordar que Bradbury se inspiró en fotografías originales e informes de la explosión de Hiroshima.
Ubicar la historia como parte de la celebración del Año Nuevo es un cambio interesante: Permite incorporar la ironía de la celebración (cuando no hay más que «sombras» para celebrar) y corresponde también con la temporada de invierno (que resulta ser un remplazo muy adecuado y significativo de la lluvia ), otra de las características que dan al corto un toque más frío (más siniestro, por así decirlo) frente al relato de Bradbury.
De pronto las paredes se disolvieron en llanuras de hierbas abrasadas, kilómetro tras kilómetro, y en un cielo interminable y cálido. Los animales se retiraron a las malezas y los manantiales.
«Vendrán las lluvias suaves» – Ray Bradbury
De pronto las paredes se disolvieron en llanuras de hierbas abrasadas, kilómetro tras kilómetro, y en un cielo interminable y cálido. Los animales se retiraron a las malezas y los manantiales.
«Vendrán las lluvias suaves» – Ray Bradbury
Una adición sorprendente que se hace es la inclusión de la «oración de la mañana».
De alguna forma, no parece muy probable la inclusión de este elemento dentro de una película del bloque soviético, pero Tulyakhodzayev es cuidadoso al recordar claramente que la historia se desarrolla en Allendale (California)…
Tulyakhodzayev nos regala entonces mucho más de lo que Bradbury plantea originalmente. Y esto no quiere decir que lo haya «superado», sino más que lo recreó -a su manera- dando vida a una nueva obra de arte.
Allí donde el relato se enfoca principalmente en los rituales diarios (el desayuno, ir a trabajar, ir a la escuela) Tulyakhodzayev explora el ritual familiar del Año Nuevo. La oración, todos de pie para entonar el himno nacional…
Vale la pena recordar que este corto data de principios de la década de los 80´s. Aquí hay un sentido de la sátira y la ironía frente a la guerra fría muy diferente de lo que encontramos en el cuento, más «inocente» por decirlo así, de Bradbury.
Parecería que lo religioso fuera considerado como un sobreviviente del Holocausto, pero de una forma hábil (y muy cáustica) Tulyakhodzayev sabe ponerle fin a esa consideración…
El sol asomó por detrás de la lluvia. La casa se alzaba en una ciudad de escombros y cenizas. Era la única que quedaba en pie.
“Vendrán las lluvias suaves” – Ray Bradbury
El sol asomó por detrás de la lluvia. La casa se alzaba en una ciudad de escombros y cenizas. Era la única que quedaba en pie.
“Vendrán las lluvias suaves” – Ray Bradbury
Presentar a la casa destruyéndose a sí misma podría parecer una complicación innecesaria, pero proporciona a toda la trama la inclusión del conflicto.
Toda la secuencia es, finalmente, lo que proporciona al corto su propia visión sombría y sobrecogedora: A pesar de la «promesa» que incluye el poema de Sara Teasdale, lo que realmente queda no deja lugar a demasiadas esperanzas…
Este corto, aunque se «aparta» un poco de la historia de Bradbury, es en sí mismo una pieza asombrosa. Realizada con algunas técnicas de animación muy interesantes y casi innovadoras para la época y el contexto de la guerra fría.
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En fin, una muestra muy clara de lo que se puede lograr con las «ficciones» de Bradbury al llevarlas al formato audiovisual. Y si bien la animación puede no tener el «brillo» y la grandiosidad de las producciones de Disney, resulta sorprendentemente escalofriante y conmovedora…
«Vendrán lluvias suaves» – «Budet Laskovyj Dozhd» (1984) – Traducción: Bifrontal Editores
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