Heraldos del futuro, arcángeles de hoy sus nombres se repiten como una letanía. ¿Serán leyenda o viven todavía? Y para despertarnos del sueño milenario el fantasma de un niño nos lleva de la mano en esta galería de dioses y de mitos, contándonos la historia de los héroes caídos…
Arkangel – Héroes Caídos
Son los recuerdos los que, de alguna manera, nos dan forma y le entregan un cuerpo, o mejor, una presencia sólida al presente.
Somos lo que fuimos. Lo que hicimos de nosotros.
Y también lo que nos fueron. Lo que otros hicieron y dijeron de nosotros.
Fuimos nuestros juegos. Los lugares donde alguna vez conocimos la alegría.
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Y somos también las personas que alguna vez amamos. Las que nos dieron su cariño a cambio de «nada».
La memoria es, al fin de cuentas, una forma anticipada del presente…
«Heretic» fue -para nosotros- uno de esos juegos que anticiparon otros mundos donde la distorsión de lo real se torna precisamente en un relato del deseo.
Deseo -precisamente- de eso que sólo se encuentra al alcance de la imaginación.
Nosotros: los héroes trasnochados de un universo arcano, lleno de horrores y de magia. Pero héroes al fin y al cabo.
Es allí, en la imaginación, donde tomó forma la inquietud de lo extraño, de lo irregular. Lo que hoy asiste a la realidad desde sus bordes, como una fantasmagoría.
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Lo vemos con nostalgia porque, si bien la memoria es una forma anticipada del presente, el pasado entonces esconde una virtud ineludible: La respuesta a quienes somos…
Somos -precisamente- el deseo de lo que alguna vez imaginamos.
Esa es tal vez la magia que esconde la infancia a los ojos del adulto que somos hoy. Un pasado donde tuvimos la oportunidad de ser lo que soñábamos.
En eso radica el encanto de la nostalgia; un pasado que vuelve en forma de consolas y videojuegos. Una memoria hecha de bits.
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Un deseo -una inquietud- que nos anima todavía hoy a buscar en la fantasía una manera del disfrute: Soñar que somos otros; que existen tierras lejanas, monstruosas aberraciones nacidas en las entrañas del infierno dispuestas a arrebatarnos nuestros mundos de fantasía. Poderes sobrenaturales que nos fueron legados por antepasados remotos. Que nosotros somos la última esperanza de un mundo en agonía.
Lo que uno encuentra en «Heretic» es la posibilidad de una heroicidad legendaria enfrentada a las hordas demoníacas.
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Laberintos inmensos. Bestias aterradoras aguardando por su presa en medio de la oscuridad. Cuerpos desmembrados -testimonio de una orgía de sangre-.
Sin embargo, y siendo aún tan similar a «Doom» en muchos aspectos, «Heretic» tenía un encanto propio: estaba ambientado en el medioevo fantástico.
Un medioevo fantástico diseñado a la medida de nuestra imaginación: El infierno en una tierra donde somos nosotros los únicos salvadores posibles.
Un lugar -y una era- donde nosotros fuimos héroes…
Échale un vistazo a esta nostalgia.
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