El sueño que se convierte en angustia es sólo aquél que olvidamos…
Abrió los ojos.
Recordaba poco.
Estuvo caminando durante muchas horas -recordaba eso; habían sido muchas horas- a través de un corredor insospechadamente largo.
Pero había otra cosa.
Una pregunta.
Llevaba una pregunta en la cabeza.
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-Sólo en sueños se puede ser así de obsesivo. Tenaz y aterradoramente obsesivo-
Había perdido algo. Eso estaba claro. Pero no podía recordar.
Se quemó los dedos al tratar de sacarse el cigarrillo de los labios para botar el humo.
Dejaba el café listo -desde la noche anterior, guardado en un termo- para no perder tiempo precioso durante las mañanas.
Serían, como mucho, 2 minutos más de sueño.
Pero era tiempo precioso…
¿Qué carajos estaba buscando?
No lo animó el café. Ni el cigarrillo. Ni la ducha.
«MTV Oddities» – Intro del show
Meditó seriamente la conversación que tendría lugar cuando llamara a la oficina a decir que no podía asistir mientras se ponía la camisa.
Estaba muy enfermo. Un virus cualquiera. O mejor, había caído rodando por las escaleras…
¿Por qué lo obsesionaba tanto una pregunta que ya lo había obsesionado durante un sueño?
Saludó cortésmente a sus compañeros de trabajo.
X cumple años en dos días. ¿No vamos a hacer nada?
¿Viste las noticias anoche?
Adelantaron la reunión, tenemos que entregar los planeadores mañana.
Un día más…
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La escena anteriormente descrita es tan genérica, que podría aplicarse sin temor a cualquier ciudadano o ciudadana de la común y corrientemente trajinada realidad.
Compartimos un mundo que no nos interesa.
Nos esforzamos -diariamente- en una realidad plana y difusa. Repetitiva.
Ocasionalmente nos visita la alegría.
Frecuentemente se pega de nosotros la desgracia.
– Yo quería vivir en una granja.
– Ella quería viajar a la luna.
– X soñaba con ser Beethoven.
– El de más allá quería domar leones.
– Uno de ellos, incluso, llegó a pensar que «Deja-vuh» era un superpoder…
Y así sucesivamente.
Se nos presenta, a grandes rasgos, los personajes y temas fundamentales de la serie. (Temas que, dicho sea de paso, a esa edad y con un conocimiento prácticamente nulo del inglés, simplemente no comprendimos)
Sin embargo, lo que nos abismó hasta el asombro resultó precisamente la definitiva distorsión de «lo real».
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La inquietud de los sueños la fuimos perdiendo, imperceptiblemente.
Al asombro de los primeros años le fue ganando la simple voluntad de adaptarse. De jugar a ser como «ellos». Posar una «normalidad» que no nos correspondía.
Perdimos la pregunta en un sueño. Y desde entonces no la hemos vuelto a buscar.
Sólo era un sueño…-
¡Claro!
Pero preferimos adaptarnos. Sobrevivir esta pesadilla obligatoria. Olvidar un sueño hermoso…
Nos dieron un nombre. Una escuela. Una religión. Unos amigos…
Nos entregaron una vida planeada de antemano. Nosotros sólo fuimos cumpliendo…
¿Qué nos hace pensar que dentro de unos años no vamos a repetirnos la misma pregunta que ya nos hemos hecho, por ejemplo, al mirar hacia el pasado y decir «¡Yo era eso!»?
¿Y ahora? ¿Somos esto?
La universidad, una casita después del matrimonio. Vacaciones 15 días cada año. Visitar a la familia los domingos. Ir al médico, y a la oficina, y al partido de los niños… El supermercado, la bolsa de valores y las filas en los bancos. Una foto en Instagram. Un «me gusta» en Facebook…
– «Yo no era esto» Dirás con sorpresa…
No estábamos locos, pero lo intentamos…
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No queríamos ser como los que teníamos enfrente… Queríamos la vida de los que vivían en nuestros libros. Los que imaginábamos. Los que a veces veíamos y no entendíamos, pero intuíamos -sospechando- que tenían la respuesta a lo que buscábamos…
Queríamos un mundo propio. Soñar nuestra rebeldía. Vivir las letras de nuestras canciones favoritas. Vivir la vida de alguno de esos personajes de las películas que nos gustaban…
No somos nada. Pero lo vamos siendo a pesar de todo…
Hoy vemos con nostalgia esta pequeña parte de nuestro pasado.
«Oddities» – Un hermoso recuerdo de locura adolescente.
Perdimos la pregunta en un sueño. La recordamos a veces.
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Desde el inicio plantea una tensión «moralmente» ambigua, eso teniendo en cuenta que era vista por un montón de adolescentes fácilmente impresionables en una época en la cual «Internet» y los «Smartphones» apenas si se trataban de una fantasía distante
¿Quiénes somos?
¿Somos lo que fuimos?
¿Se parecen, ese pasado y este presente?
«Oddities» nos regaló un hermoso sueño… Imaginar.
Fue en el pasado donde encontramos el asombro. Ese mar de dudas. Esa voluntad de buscar. Esa irreprimible necesidad de encontrar lo que siempre quisimos ser…
Eso es tal vez el asombro.
Una pregunta que no quiere respuestas, sólo intensidades.
Buscar. Sólo eso.
Preguntarse.
Salir al encuentro de lo que sólo se intuye como en sueños.
Atreverse a imaginar una rebelión contra la insulsa planicie de lo real.
El sueño que se convierte en angustia es sólo aquél que olvidamos…
#creemosenelasombro
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