Cuando miro hacia atrás, retrospectivamente, me parece, si me comprendo bien, que me hallo aquí desde no sé cuanto tiempo, y tengo la impresión de que para volver al instante en que llegué aquí (…) es preciso remontarse a toda una eternidad
Thommas Mann – La montaña mágica
La memoria nos cobra caro todo lo que perdimos.
Los raros momentos de alegría. Las personas que nos brindaron su cariño y amistad. Los lugares donde la vida fue sencilla y hermosa. Las oportunidades fallidas…
Es el presente – a veces – el que nos muestra los colmillos. El irremediable. El irreversible. La constante ecuación de nuestras desgracias.
En el centro del universo se esconden todos los pasados (presentes y por venir) como refugio final de los tristes.
¿No quisieras – a veces – volver y decir otras palabras? ¿No te preguntas – ya de noche – cómo sería la vida que llevas si hubieras tomado otras decisiones?
¿Si hubieras pedido el perdón que buscabas en lugar de lanzarte al abismo de la soberbia? ¿O tal vez, si en lugar de burlarte, hubieras tendido una mano?
¿No te duele – a veces – pensar que debiste alzar la voz y defenderte cuando, por miedo, bajaste la cabeza y aguantaste los golpes? Esos mismos golpes que al cabo de los años se hicieron cicatrices.
La grieta… La zona de derrumbes que llevas entre el pecho y la espalda. La terrible sensación de que en algún momento comenzó el desastre. Con una palabra. Con un gesto…
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Pero también están los hermosos. Los alegres a los que la vida les ha sonreído.
Y sin embargo, todos cargamos con un pasado. Y en él – a veces – encontramos el alivio. La paz inmerecida o la salvación implorada.
Es el pasado el que nos hizo. La respuesta a una pregunta que olvidamos. El sueño que nos habla.
Es el pasado lo que nos evade. Y es también lo que ridículamente evadimos. Lo que nos reprochamos. Todo lo que quisiéramos mantener oculto, incluso de nosotros, porque nos avergüenza y nos duele.
Es en el pasado donde nos busca la bestia informe que ahora somos. La misma que nació en la sangre de nuestros errores.
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Lo que olvidamos regresa siempre con una honestidad bruta que atormenta. Que nos muerde la alegría.
No hagas burla del pasado. Sin él no serías nada. Ni siquiera un mal recuerdo.
Importa más de lo que crees.
¿Cómo podrías entenderte sin conocer tu propia historia? Tú, que buscas un sentido, y miras angustiado hacia el cielo, no ves el suelo que pisas.
La superficie que te soporta es más profunda de lo que imaginas…
Ya fuiste alguna vez el futuro de tu deseo. Y – sin duda- algún día tú también serás historia.
Merve Özaslan, fotógrafa, artista y diseñadora de origen turco, nos presenta una maravillosa colección titulada «Natural Act». Una serie de fotomanipulaciones y collages donde el pasado media entre una vida hermosa, llena de nostalgia por lo que ya no podremos ser nunca más, y un mundo fascinante que nos recuerda la inocencia. La simplicidad hermosa que el exceso de «civilización» nos ha venido arrebatando poco a poco.
Nosotros, los nostálgicos, recordamos un mundo diferente. Pero el pasado también fue el germen de nuestras circunstancias. Y es tal vez el pasado la respuesta de nuestro desastre…
¡Disfrútalo!