Las manos no son verdaderas ni reales. Son misterios que habitan nuestra vida… A veces, cuando contemplo mis manos tengo miedo de Dios
Fernando Pessoa – Oh Marinheiro
Tal vez la fotografía es una forma de anticipar la felicidad.
Por eso hace falta entenderla como redescubrimiento y también como soledad.
Porque toda fotografía es también un abismo iluminado por el breve instante de la paradoja: lo fugaz transformado en imagen-duración.
Una fugacidad donde, finalmente, se corresponden la estepa (el descampado, desierto de cualquier rastro humano) y el lobo, que se siente a sus anchas en un orgasmo de libertad sin límites.
Lo verdaderamente importante es invisible a los ojos -por eso las cosas importantes viven en lo oscuro-.
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Porque la verdadera luz pertenece a los menos. A los que encuentran la iluminación en el punto más extremo de su propia soledad.
La fotografía es un vástago del fuego. Y el fotógrafo (también el pintor y el ilustrador) repite a Prometeo regalando la luz a todos aquellos que jamás han contemplado la oscuridad: los ciegos del asombro que simulan ver lo real, pero sólo pasan sus ojos por la superficie de los días y las cosas.
La fotografía es la iluminación de lo remoto; lo no visto. Aquello que sólo se encuentra en la más radical de las soledades.
Tomar una fotografía es salir al encuentro de un espejo oscuro (pero absolutamente real). Una manera de reconocerse en el ejercicio de una soledad inexcusable.
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En la escena sólo se encuentran el fotógrafo, su imagen, y un poco de luz para sacarse de la sombra.
Incluso cuando el fotógrafo realiza un retrato, lo que hay en la imagen no es más que el reflejo de dos soledades cercadas por un abismo: el retratado y el “retratista” disponen cada uno de una luz que los envuelve de formas muy distintas, y les entrega también un documento que pone en entredicho todo lo que ocultan.
Benoit Paillé, fotógrafo canadiense, es en este caso el Prometeo que nos regala una luz asombrosa y desquiciada. Una bitácora del viaje a lo oscuro como otra manera de la iluminación (en más de un sentido).
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