ARCHILLECT: UNA SORPRESA ESTIMULANTE
Tal y como está concebido, o mejor, tal y como es presentado ante la audiencia, Archillect muestra una de las caras más inquietantes y deliciosas de la red: ese momento de absoluta y endemoniada soledad en el que, con un mínimo de sensibilidad, uno mismo se reconoce radicalmente perdido. Y esto en el mejor de los términos posibles.
No es fácil hacerse entender rebuscando tanto en el lenguaje, pero no es fácil tampoco hacer claridad frente a las sensaciones propias.
Volvamos a comenzar. Archillect se presenta como un algoritmo automatizado que indexa imágenes traídas de la red. Parece ser que, bajo unos parámetros de programación determinados, Archillect realiza un proceso de selección y también de curaduría cuyo resultado es un grupo de obras fotográficas (algunas veces también en formato GIF).
De alguna manera, parece ser un buscador programado para tener una cierta autonomía. El resultado: Tremendamente sorpresivo y estimulante.
No es la cosificación del arte, y no es tampoco el “cualquiera puede hacerlo”. Es otra cosa. Difícil de definir y de comprender
No es la cosificación del arte, y no es tampoco el “cualquiera puede hacerlo”. Es otra cosa. Difícil de definir y de comprender
¿ES ARTE?
Lógicamente las obras son concebidas por fotógrafos humanos (por artistas humanos) pero lo interesante es hacerlos coincidir a ellos y a sus obras en un mismo sitio virtual, aún cuando ellos pudieran no percatarse; aún cuando no se conocen entre ellos o no tienen en común más que una producción que Archillect ha escogido de una forma sutilmente “aleatoria”.
No es la cosificación del arte, y no es tampoco el “cualquiera puede hacerlo”. Es otra cosa. Difícil de definir y de comprender, pero sigue siendo otra cosa.
Archillect no es una máquina pensante. O tal vez lo sea, y lo que tenemos que hacer nosotros es redefinir el concepto de lo que llamamos pensamiento (por ejemplo). Llevarlo hasta el límite de sus posibilidades y considerar que tal vez el viejo antropocentrismo moderno ha caído por fin en desgracia, y que lo que realmente importa es el producto terminado, la obra de arte ya “producida” y reproducida por medios no-humanos.
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Archillect (según esta forma de ver las cosas) no pretende reinventar la rueda. Soy yo quien quiere llevar lo que ésta ha producido más allá, en otra dirección, ya insinuada por este trabajo.
Hay un pregunta que como mínimo vale la pena realizar. ¿Archillect produce arte al reproducirlo bajo parámetros artísticos? No es Archillect precisamente (la máquina-algoritmo), sino el trabajo que hay detrás de ella. En sí es un trabajo (como mínimo, para los puristas de la crítica de arte especializada) creativo. Crear una secuencia lógico-matemática para inspirar desde lo visual el arranque creativo de otro es, mínimamente, un asunto que vale la pena tener en cuenta.
La eterna pregunta siempre estará ahí (en el centro de toda discusión sobre lo artístico) dispuesta a ser usada ante cualquier expresión plástica y visual: ¿esto es arte?
¿Archillect es arte porque recrea, porque reproduce, porque automatiza, porque cura y selecciona material de otros?. ¿Archillect produce o copia?, ¿reproduce?
¿Archillect es arte porque recrea, porque reproduce, porque automatiza, porque cura y selecciona material de otros?. ¿Archillect produce o copia?, ¿reproduce?
UN HORIZONTE HIPER-CONECTADO
La respuesta no puede ser completamente afirmativa y mucho menos absolutamente negativa. La respuesta tienen que ser más preguntas que respuestas (propiamente).
¿Archillect es arte porque recrea, porque reproduce, porque automatiza, porque cura y selecciona material de otros?. ¿Archillect produce o copia?, ¿reproduce?.
Ciertamente hay una producción. Y no es precisamente la reproducción que vemos en la pantalla del ordenador. Archillect reproduce una búsqueda bajo parámetros específicos y recrea artificialmente un panorama móvil. Es un logro de la ingeniería, pero también lo es del arte.
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Archillect representa otro panorama absolutamente diferente dentro de lo ya conocido en las artes plásticas y las artes visuales. Lo que hay allí es una pregunta abierta a cualquier crítico, museólogo, filósofo del arte y artista. Un horizonte que no se conocía pero que ya se intuía desde el fenómeno masivo del mundo hiperconectado; la era de internet y las redes sociales.
Archillect reproduce una búsqueda bajo parámetros específicos y recrea artificialmente un panorama móvil. Es un logro de la ingeniería, pero también lo es del arte.
Archillect reproduce una búsqueda bajo parámetros específicos y recrea artificialmente un panorama móvil. Es un logro de la ingeniería, pero también lo es del arte.
Ahí hay un terreno completamente desconocido y absolutamente fértil para poner a prueba los conceptos que tenemos sobre lo que es y no es arte, porque en suma, la pregunta por el arte siempre incluye la pregunta por nosotros como especie y como fenómeno. Y tal vez nuestro concepto sobre el arte, así como el concepto que tenemos de nosotros mismos, sea un concepto que necesita revisión.
Archillect, en suma, sorprende por lo maravilloso de su producción-reproducción. Míralo, disfrútalo, y comparte tu opinión.
#creemosenelasombro
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