El amor, la muerte y el fuego han sido unidos en el mismo instante. La muerte total y sin residuo es la garantía del paso al más allá. En el seno del fuego, la muerte no
“Mujer” es un cuerpo hecho más de significantes que de significados. Todo en ella es un signo que remite a otro signo. Y al deseo de un signo. Y a la imposibilidad de llenar completamente un signo.