Llegar al asesinato por razones puramente estéticas… No es tan extraño si se recuerda, por ejemplo, que en “El corazón delator” Poe ya lo hizo por nosotros.

EL CORAZÓN DELATOR (O EL OJO DEL MAL)

  Todos los peligros se repiten, en particular los malignos. Thomas De Quincey La pasión por el exterminio no es una potencia exclusiva de tiranos, reyezuelos o dictadores bananeros. No hace falta ser Hannibal Lecter